Trilogía EUROPA - Ernesto Oñate

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Conversaciones
sobre arte, comunicación y
#conciencia
Lo deferente enriquece, sorprende y enamora
La diversidad y la integración como leitmotiv,
desde un profundo convencimiento de que lo distinto enriquece.

Trilogía inspirada en “Estatua de la Libertad”, de Andy Warhol (1962).
Trilogía EUROPA
2018
TODO comienza con el deseo de crear.
comunicar y ser útil.
Este deseo hace sentirme lleno de vida.
Obras de evolución transversal
Tres obras de evolución transversal de NOW EUROPE que se enriquecen con la implementación de nuevos conceptos.

Liberté, egalité et fraternité
Lema de la República francesa que tuvo su origen en el transcurso de la Revolución francesa.
Liberté, egalité et fraternité no son tres conceptos para definir un status, sino un concepto de status definido mediante tres propiedades inherentes a las personas que, fundamentalmente, debería de devolverles el derecho de NÓMADA, en este mundo global.
La trilogía EUROPA, al igual que la repetición de imágenes en las obras de Warhol, presenta una sola idea, un solo concepto, plasmado en tres realidades que se diferencian anecdóticamente. Las diferencias en las obras de la trilogía EUROPA (como no podría ser de otra manera) simbolizan, en su diferencia, cada uno de los conceptos particulares.
Libertad.
Mi libertad tiene sus límites donde comienzan los derechos humanos y la dignidad del otro.

NOW LIBERTÉ
Octubre 2018
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
240 x 68,6 x 73 cm
72,3 Kg
Igualdad.

NOW ÉGALITÉ
Octubre 2018
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
240 x 50 x 73 cm
73,2 Kg
Fraternidad.

NOW FRATERNITÉ
Octubre 2018
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
240 x 50 x 73 cm
74,0 Kg
Hoy el arte se encuentra inmerso en los canales de consumo y en los medios de comunicación de masas. Y hoy, más que nunca, el arte está en constante trasformación y con perspectivas conceptuales antagónicas y extremadas: con igual validez en la idea y en el objeto, en su génesis conceptual y en su realización material, con el énfasis en el argumento o como puro juego emocional abstracto, con carácter efímero, como comunicación directa de percepción instantánea o como objeto usable… Y la pregunta ¿qué es el arte? sigue estando ahí, aparece cada vez que alguien mira un producto artístico sin contagiarse de emoción.
 
¿¿Qué es el arte??
Cada contexto necesita su propia definición de arte.
La definición de arte es subjetiva, abierta a la interpretación que a lo largo del tiempo se ha hecho: de lo que hasta ese momento había sido la experiencia artística y de las intenciones en ese momento sobre las funciones que el arte debía asumir.
Historiadores, filósofos y artistas, a lo largo del tiempo han dado numerosas definiciones de arte. Realmente todas son ciertas y válidas, si bien todas son respuestas desde perspectivas distintas y atendiendo a aspectos y consideraciones diferentes del hecho artístico.
Morris Weitz decía que: «Es imposible establecer cualquier tipo de criterios del arte que sean necesarios y suficientes; por lo tanto, cualquier teoría del arte es una imposibilidad lógica, y no simplemente algo que sea difícil de obtener en la práctica»; que una cualidad intrínseca de la creatividad artística es que siempre produce nuevas formas y objetos, por lo que: «Las condiciones del arte no pueden establecerse nunca de antemano»; y que: «El supuesto básico de que el arte pueda ser tema de cualquier definición, realista o verdadera, es falso». Afirmó que: «Al preguntar ¿qué es arte?, se está haciendo una pregunta mal planteada por ser imprecisa, que la pregunta adecuada es: ¿qué tipo de concepto es el arte?», para poder llegar a la conclusión de que el arte es un concepto abierto, que atiende a consideraciones distintas, según las perspectivas desde las que se considera.
Una respuesta obvia, similar a la recogida en el diccionario de la lengua, es: «Arte es la manifestación del artista». Sin embargo, no es válida la literalidad de la afirmación de Kurt Schwitters: «Todo lo que escupe el artista es arte». Pero no niego la validez de las manifestaciones artísticas de Yves Klein, en 1958: La especialización de la sensibilidad en el estado de las materias primas en la sensibilidad pictórica estabilizada, el vacío; y de Piero Manzoni, en 1961, Mierda de artista, que fueron, sin duda, en sus contextos, oportunas.
(1958) Yves Klein, La especialización de la sensibilidad en el estado de las materias primas en la sensibilidad pictórica estabilizada, el vacío, en la exposición en la Galería Iris Clert optó por mostrar la nada: quitó todo lo que había en el espacio de la galería a excepción de un gran gabinete, pintó todas las superficies de blanco a excepción de la ventana de la galería que la pintó de color azul y una cortina azul estaba colgada en el vestíbulo de entrada, acompañada por guardias republicanos y cócteles azules. Organizó un procedimiento de entrada para la noche de la apertura y gracias a una enorme campaña de publicidad, 3.000 personas se pusieron en cola, esperando que las dejaran entrar en la habitación vacía.
(1961) Piero Manzoni, Mierda de artista, consideró el cuerpo del artista como productor de arte, por tanto, todo lo que saliera de él sería una obra de arte, ya fuera su aliento, sus excrementos, o su firma colocada sobre el cuerpo de una persona. El artista puso sus excrementos en 901 latas de metal de 5 cm de alto y 6,5 cm de diámetro y las etiquetó literalmente con las palabras «Mierda de artista», en los idiomas: francés, inglés y alemán. Vendió cada lata al peso teniendo en cuenta la cotización del oro del día. Algunas de estas latas se encuentran expuestas en el Centro Georges Pompidou de París, en la TATE Gallery de Londres, en el MOMA de Nueva York y en el Museo d’Art Contemporani de Barcelona. En 2007, una de estas latas alcanzó en subasta el precio de 124.000 €.
La aceptación como obra artística es subjetiva desde la obviedad de que, aun siendo deseo e intención del artista, provocar en el receptor emoción ante el sentimiento que este desea transmitir, queda supeditada a todos los condicionantes de la recepción, y por tanto, a la aceptación como arte, por el espectador.
Como consecuencia puedo deducir: que expresión artística es el hecho comunicativo con capacidad de provocar un impacto emocional, que producto artístico es el resultado de la actividad con finalidad artística y que obra de arte u obra artística es el producto artístico aceptado socialmente.
Aunque mi definición, atendiendo al concepto de arte, como plantea Morris Weitz, podría ser: arte, como expresión artística, es el hecho comunicativo (mensaje) que da lugar a que suceda la emoción; creo que es el enfoque que da lugar a la pregunta: ¿Qué es el arte?, lo que debe de reconsiderarse.
Grayson Perry antepone al artista por delante del arte con su afirmación: «Esto es arte porque yo soy artista y digo que lo es». Y puesto que no es la obra de arte la que hace al artista, creo que el enfoque adecuado debe ir dirigido al concepto artista y, por tanto, la pregunta ¿qué es el artista? puede llevar a respuestas más convergentes.
Antes de lanzarnos a responderla debemos tener en cuenta otra consideración: ¿qué es el filósofo?, para no dar respuestas a la primera que serían de la segunda.

¿Qué es el filósofo?
Schopenhauer explica que la conjunción entre filosofía y arte consiste en que la obra de arte proporciona al pensamiento una imagen pura, clara y definida del mundo interno, una posibilidad de que la mirada penetre, trascendiendo a los sentidos, más allá de las apariencias que nos dictan, a la realidad que permite al filósofo estar en contacto con la esencia íntima y original de las cosas.
Duchamp pone en valor al filósofo en su definición: «Arte es la idea».
Esta definición también es válida, pues ante la visión del arte como manifestación sublime, la expresión sublime debe de ser consecuencia de la idea sublime. Esta manifestación de Duchamp también fue, sin duda, en su contexto, oportuna.
El arte conceptual, consecuencia de esa concepción del Dadaísmo, supera la necesidad del soporte material y la obra artística alcanza su valor en el concepto que define; se crea como experiencia puramente intelectual, sin intervención de los sentidos. Supone el triunfo del filósofo sobre el creador, ¡si es que tiene sentido esa confrontación!
Sin duda una idea brillante, oportuna, en el contexto adecuado, ya tiene la cualidad de sublime. Y sin duda, un diseño brillante, oportuno, en el contexto adecuado, también tiene la cualidad de sublime. Es la conjunción de ambos, idea y diseño, lo que puede dar lugar al mensaje con cualidad de sublime.
La definición de arte como idea oportuna, en el contexto adecuado, la expresó Jhon Ruskin con su afirmación: «El arte es expresión de la sociedad».
Que el arte es el vehículo para expresar de forma sublime la idea sublime lo expresa Vassily Kandinsky en su definición: «El arte es comunicar y armonizar con el alma humana mediante el uso correcto de colores y/o formas».
El artista, en un momento de inspiración, es capaz de llegar, mediante su intuición, a esa conjunción entre idea y diseño. Es un acto de voluntad creativa, es decir, de imaginación para la acción. Joseph Beuys lo afirma: «El arte es la acción, la vida», haciendo referencia a la voluntad creativa de la vida, en constante renovación. Y también Wolf Vostell afirma: «Arte es vida, vida es arte», dejando sin sentido la vida sin el arte.
También en ese sentido lo interpreta Dino Formaggio: «Arte es todo aquello que los hombres llaman arte», considerando el arte como vehículo de emociones, como toda expresión emocionante, viva.

¿Qué es el artista?
Desde mi visión: arte, como expresión artística, es el hecho comunicativo (mensaje) que da lugar a que suceda la emoción; el artista es el comunicador capaz de crear un mensaje, formalmente, que fascine y emocione. Y la idea es del filósofo.
El artista es el creador del lenguaje capaz de manifestar de forma sublime la idea sublime. Y así lo expuso Tomás de Aquino: «Arte es el recto ordenamiento de la razón». Y Picasso expresa esa conjunción entre filósofo y artista en su definición: “El arte es la mentira que nos ayuda a ver la verdad”.
El creador evoluciona el lenguaje a cada nueva idea, para que la novedad del diseño vaya a la par con la novedad de la idea o para poner en valor oportunamente una idea eterna. Max Dvorák, en su afirmación: «El arte es un estilo», señala que la visión del lenguaje artístico ha de estar más allá de unas reglas, abierta a un estilo creador; que el estilo es lo que permanece en un lenguaje que evoluciona continuamente para renovarse con cada nueva idea a exponer.
El genio es la conjunción del filósofo y del creador. Adolf Loos afirmó en este sentido: «El arte es la libertad del genio». Genio, tanto para llegar a la idea con libertad de pensamiento, como para construir el mensaje sublime con la libertad de renovar el lenguaje, pues el arte es siempre renovación del lenguaje.
El genio va más allá en su idea y el artista va más allá en su lenguaje, más allá de sus propias reglas. Friedrich Schiller afirmó que: «El arte es aquello que establece su propia regla».
Las vanguardias, que desde principios del s. XX van apareciendo y sucediéndose, transgreden las normas y el statu quo, tanto en el arte como en la sociedad, empujando, continuamente, los límites aceptados y establecidos y se caracterizan principalmente por la libertad de expresión. Man Ray explica: «La búsqueda de la libertad y el placer; eso ocupa todo mi arte».
Consecuencia de eso, la obra artística se fundamenta e incluso se reduce a la originalidad. El arte, como siempre, es reflejo de su tiempo, de la sociedad en que se desarrolla; y la sociedad desde el s. XX ensalza y premia como nunca la originalidad. El leitmotiv de este arte se encuentra en su aspecto sorpresa. Damien Hirst afirma: «Una obra de arte es buena cuando doblas la esquina y dices: ¡Joder! ¿Qué es eso?», pues la descontextualización también es una cualidad de estas obras artísticas. En definitiva, el valor de la obra artística se sustenta en que es diferente.
El arte, para cada nueva manifestación, necesita en su lenguaje un, más alto, más lejos. En definitiva, saltarse las reglas de su propio lenguaje y llegar a lo inesperado; inspiración a través de la intuición. Jean Dubuffet lo resumió afirmando: «El arte es la novedad».
Desde el s. XX, la obra artística es herramienta, cómplice o impulsora de transformaciones sociales. La obra artística es un poderoso medio de comunicación, transformador de las conciencias, que se proyecta hacia cambios sociales como la ecología, el feminismo, etc. Estos discursos necesitan, en persecución de sus fines, lenguajes que se renuevan continuamente para ser eficaces.
Cuando un hecho, natural o comunicativo, nos sorprende y emociona de forma sublime lo calificamos de espectacular. El término espectacular se refiere a la cosa que, al captarla nuestros sentidos, son capaces de atraer nuestra atención con fascinación y que, a continuación, al contemplarla intelectualmente es capaz de mover nuestro ánimo infundiéndonos deleite, asombro, amor o cualquier otro afecto más o menos vivo y noble; o cualquiera de sus opuestos.
El artista es el comunicador capaz de crear del amanecer de cada día un nuevo espectáculo fascinante. Claude Monet en 1873 con el pequeño cuadro Impression: soleil levant marcó el inició de nuevas concepciones del arte y por tanto del mundo.
-   Ernesto Oñate


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