Ernesrto Oñate - Ernesto Oñate

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Todas estas obras y conversaciones existen gracias al amor de mi preciosa esposa Toñi.

Primero es la semilla
 
Cuando amamos el Universo nos da solo lo mejor.

Primero es la semilla, después el brote.
Este es el orden.
Con el tiempo el árbol.
-   Ernesto Oñate



IH
Inspiración Humana

Con ayuda de la RAE extraigo mis propias definiciones.
La creatividad es la predisposición a recibir la inspiración capaz de desarrollar una idea que previamente se formula como un deseo que nace del amor por mejorar nuestro mundo.
La imaginación produce la semilla de la creación, y en conexión con el Deseo Creador da lugar a todo lo que ES.
La intuición es conocimiento Creador en estado puro, sin memoria ni razonamiento. Es conocimiento sin mediación de la razón.
La inspiración es el movimiento del Deseo Creador, que Llega e ilumina; es la ilustración o movimiento sobrenatural que Dios comunica a la criatura; es el estímulo que anima la labor creadora en el arte o la ciencia; es la luz interior, que procede del alma, que anima la intención y la voluntad para crear.
La IA es una realidad y el espacio que ocupa crece inexorablemente.
La intuición, la imaginación y la inspiración no pueden ser artificiales.
La creatividad que se guía por la intuición, que imagina y se nutre de inspiración hará cada vez más potente a la IA, que, sin lugar a dudas, será cada vez más útil. Y lo será nutriéndose de nuestra IH, inspiración humana.
No hay choque entre ambas, ni debe de haber suplantación.
La IA reproduce, transforma, combina, desarrolla, soluciona,… produce según patrones. ¿Qué más hace? Es herramienta.
El artista imagina con intuición y asistido por la inspiración, IH, crea.
La IH crea. Es la divinidad humana.
-   Ernesto Oñate



El artista todo lo observa para comprender
Experimentar la creatividad consiste en encontrar un punto de vista nuevo,
para mirar las cosas desde donde nunca se han mirado.
Esta es, y ha sido siempre, mi única doctrina.


La composición de mi relato siempre está en construcción.
Los relatos, doctrinas, filosofías,…todos, están hechos de pensamiento.
Los pensamientos pueden señalar la verdad, pero nunca son la verdad.

Comprender:
Es entender, alcanzar o penetrar algo.
Es encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro.
Integrar:
Es construir un todo.
Es hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo.

¿Ya posemos la verdad?, y ¿la hemos de defender durante toda mi vida?
Escucho con libertad, te escucho con libertad.
Siento alegría cada vez que cambio de opinión. Cada vez que mi verdad cambia, es mi libertad la que prevalece y la que triunfa.
Desear comprender es la mayor libertad.

Libre albedrío:
Es el principio de la creación.
Creer es crear.
Todo es como creemos. Todo es como yo creo y como tú crees también.

Mis creencias no me definen, pero soy consciente de que dan forma a mi mundo.
...
-   Ernesto Oñate
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«España obtiene su peor resultado histórico en el informe PISA, aunque se mantiene por encima de la caída media de la OCDE», (Titular en la prensa española el 5 dic 2023).
Educación conductista
 
Todos nacemos creadores.
Nacemos utilizando la intuición.
Abrimos nuestra imaginación paralelamente a nuestra observación, nacemos exploradores.
Es innato nuestro deseo de conocer, de experimentar y de mejorar nuestro entorno.
Todos nacemos artistas.
A continuación, la educación: nos enseñan y nos corrigen, nos corrigen y nos enseñan.
Educación conductista: todo se hace como ya lo hacemos los demás.
Educación competitiva: por encima de la media.
Nacemos con un propósito, eso que nos entusiasma, que nos abstrae, que nos mantiene absortos, para lo que no cuenta el tiempo, es lo que haremos mejor que nadie, si nos dejan. Y será la pasión de nuestra vida.
Nacemos utilizando la intuición y nos educan razonando, nos enseñan a razonar.
Nos estimulan el ego, para que nuestra alma quede eclipsada.
-   Ernesto Oñate



A propósito de la canción «Zorra».
Que nada te defina
 
«Que nada te defina. Que nada te sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia». (Simone de Beauvoir).
La democracia ha propiciado medios democráticos.
La democratización global ya es mucho más que votar en las elecciones a cualquier gobierno, las consultas políticas o cualquier toma de decisión en cualquier ámbito mediante votación. La democratización es el acceso a la información y la participación en los debates.
La democratización global ha dado lugar a que las opiniones influyentes aparezcan y se sucedan continuamente. Las opiniones, los argumentos y los relatos aparecen y se suceden vertiginosamente a la velocidad de la luz.
Ahora podemos contraponer nuestros puntos de vista con otros puntos de vista. La gran oportunidad de este inmensurable flujo de opiniones son las posibilidades de enriquecer nuestro propio punto de vista y nuestra propia opinión.
El deseo de comprender es del alma.
Cuando nos permitimos escuchar y conocer con objetividad, nos abrimos a encontrar nuevos puntos de vista con que observar, nos abrimos a que nuestras opiniones, argumentos y relatos cambien. Por tanto, nos abrimos a comprender.
Cuando no nos permitimos abrirnos a conocer con objetividad, nos convertimos en relojes parados al margen del pulso de la evolución global. Y, lo que es peor, nos negamos a comprender. Es el muro del inmovilismo de nuestro ego, que teme perder los estatus, que se aferra a la seguridad a costa del progreso.
El deseo del alma es el movimiento, el mismo movimiento que impulsa la vida en la naturaleza, la prosperidad.
Cuando comprendemos que los pensamientos pueden señalar la verdad, pero nunca son la verdad, pues la verdad siempre es limitada por la limitación de las palabras, nuestra alma desea comprender.
Cuando comprendemos que los relatos, doctrinas, filosofías están hechos de pensamientos traducidos a palabras, nuestra alma desea comprender.
Cuando estamos abiertos a la intuición, que es impulso del alma, nuestros deseos coinciden con los deseos de nuestra alma. Entonces aparece la creatividad, que es impulso del alma, y nos inspira nuevos puntos de vista para mirar las cosas desde donde nunca se han mirado.
Esta es la doctrina que nunca se entiende desde el inmovilismo. Como diría El Principito, «que nunca entienden las personas mayores».
El artista todo lo observa para comprender.
El artista sabe que el gran error del ser humano es pretender cambiar la conciencia de los demás, sabe que el propósito de la vida es aumentar, desarrollar y evolucionar, la conciencia propia. Sabe que el cambio que desea ver en el mundo tiene lugar cuando ese cambio se da en la conciencia propia.
Quien nos acusa de ser lo que no desea que seamos, no nos desea. Pretende cambiar nuestra naturaleza.
El artista siempre está en movimiento.
El relato del artista siempre está en construcción, vivo como su lenguaje.
Para nuestra mayor libertad, que nada nos defina.
Para nuestra mayor libertad, que nuestras creencias no nos definan.
Esta es la libertad primordial de nuestra alma.
Siendo conscientes de que nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestros argumentos y nuestros relatos dan forma a nuestro mundo, mejoremos nuestro mundo continuamente estando abiertos a comprender, para cambiar nuestro relato, con libertad, a continuación.
-   Ernesto Oñate



Mi trabajo diario,
comunicación entre el arte y el alma
El arte es el lenguaje que habla al alma de las cosas que para ella significan el pan cotidiano, y que sólo puede obtener en esta forma. Si el arte se sustrajera a esta obligación dejaría un espacio vacío, ya que no existe ningún poder que pueda sustituirlo. En el momento en que el alma humana viva una vida más intensa, el arte revivirá, ya que el alma y el arte están en una relación recíproca de efecto y perfección. (De lo espiritual en el arte, Vassily Kandinsky).
Estas conversaciones son el resultado inesperado de un proceso continuo, desde 2013, de crear arte y conversar por escrito de arte, de comunicación y de #conciencia. Siendo más preciso, de conversar creando arte y poniendo en orden por escrito las ideas que me llegan; aunque siempre me resulta más fácil convertirlas en arte.
Se dice que Kurt Schwitters afirmó: Todo lo que escupe el artista es arte. Ojalá el artista pudiera estar en una inspiración continua e ininterrumpida, aunque son, también, las interrupciones de mediocridad y de vulgaridad las que animan al artista a volver, incansablemente, a conectar con su alma, para interpretar con su ayuda lo incomprensible del desorden humano. Por supuesto, cuando el artista escupe no está creando arte; más bien, escupe porque deja de ser artista, cuando se deja atrapar por el desorden.
Que el arte es el medio para expresar de forma sublime la idea sublime, lo expresa Wassily Kandinsky en su definición: “El arte es comunicar y armonizar con el alma humana mediante el uso correcto de colores y/o formas”. La idea sublime puede provenir del filósofo o del espectador, que es también cada artista. El alma siempre responde a las cuestiones que se posan en la conciencia y a las impresiones de la consciencia, especialmente a las de la belleza.
El creador evoluciona el lenguaje a cada nueva idea, para que la novedad del diseño vaya a la par con la novedad de la idea o para poner en valor oportunamente una idea eterna. Max Dvorák, en su afirmación: “El arte es un estilo”, señala que la visión del lenguaje artístico ha de estar más allá de unas reglas, abierta a un estilo creador; que el estilo es lo que permanece en un lenguaje que evoluciona continuamente para renovarse con cada nueva idea a exponer. El alma, incesantemente creadora, renueva y evoluciona cada idea en cada nuevo mensaje.
El artista crea misteriosamente la verdadera obra de arte por vía mística. Separada de él, adquiere vida propia y se convierte en algo con personalidad propia, un ente independiente que respira de modo individual y que posee una vida material real. No es un fenómeno indiferente y casual que permanezca inerte en el mundo espiritual… posee una vida interior completa… en la que no puede alterarse nada en absoluto sin destruir su vida interior...” (De lo espiritual en el arte, Vassily Kandinsky).
La obra de arte puede contener figuras, símbolos y signos con significados inequívocos y perfectamente traducibles a lenguaje verbal con interpretación exacta. Estos conforman un mensaje en un plano descriptivo de la idea que se desea transmitir, pero no alcanzan el nivel de arte por sí mismos. La obra de arte establece su propio lenguaje para expresar cualidades subjetivas de experiencias personales que el artista desea transmitir.
El alma distingue lo inmaterial entre los chirridos de los ejes de una carreta y los compases del Himno a la Alegría de Beethoven. El alma no interpreta la longitud y la amplitud de las ondas ni la presión acústica, lo que el alma escucha no es medible ni cuantificable. El alma es ajena a las ciencias, a la temperatura de color o a la anatomía. Los lenguajes del alma: la armonía, la belleza, el amor… son abstractos e inmensurables.
La subjetividad individual de qué es el arte y de qué es arte radica en la inmaterialidad esencial de la obra de arte, en los qualia. Bajo cualquier apariencia, y desde cualquier origen, la obra de arte es energía. Es una energía constituida, en su esencia, de pensamiento; por tanto, su principal característica es su capacidad de transformación. El arte es el acontecimiento que tiene lugar cuando la energía que contiene la obra artística conecta espiritualmente con el espectador, lo emociona y eleva su alma a un nivel en el que lo importante es la verdad, la bondad y la belleza.
De esto trata este libro, de comprender cómo es la comunicación desde el alma del artista a la obra de arte, de cómo el artista configura la obra, y de para qué la obra de arte comunica con el alma del espectador.
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-   Ernesto Oñate


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